En defensa de los microorganismos: desafíos de conservación microbiana en el Desierto de Atacama

In defence of the microorganisms: challenges to microbial conservation in the Atacama Desert

El Desierto de Atacama ocupa una vasta extensión territorial en el norte de Chile con distintos gradientes altitudinales y latitudinales (<6000 msnm). En general, este ambiente presenta alta aridez, escasas precipitaciones (<1 mm/año), amplias diferencias de temperatura entre el día y la noche y alta radiación solar (<1200 W/m2 en el Altiplano). La vida microbiana (Bacteria, Archaea, Eukarya y virus) se ha estudiado en distintos hábitats incluyendo suelo hiperárido, interior de rocas, salares, volcanes, aguas termales, bofedales, entre otros, donde es frecuente observar una alta diversidad microbiana y la presencia de microorganismos con adaptaciones específicas a variados estresores ambientales. Los microorganismos son claves para la mantención de la trama trófica, junto con la mitigación y adaptación al cambio climático y realizan distintos servicios ecosistémicos, incluyendo ciclaje de nutrientes y producción de compuestos bioactivos. Actualmente los hábitats microbianos del Desierto de Atacama están bajo distintas presiones antrópicas y otras vinculadas probablemente al calentamiento global. La intensiva extracción de agua y salmueras desde salares estaría afectando la mantención de los tapetes microbianos y junto con ello, el resto de la trama trófica. Del mismo modo, salmueras de cloruro de litio serían nuevos hábitats para Bacteria y Archaea. El uso de nuevas tecnologías de secuenciación de ADN ha permitido profundizar en la diversidad y función de las comunidades microbianas reflejando la complejidad de interacciones bióticas y abióticas. Este nuevo conocimiento es crucial para proponer parámetros ambientales de conservación microbiana, las cuales se vinculan directamente con la conservación del hábitat. Considerando el carácter poliextremo de estos ambientes junto con su hiperdiversidad, se propone al Desierto de Atacama como Patrimonio Microbiológico del Planeta.